En 1987 Antonio Martín componía uno de los pasodobles más emotivos de su trayectoria. En ‘A fuego vivo’, primer premio de aquel año, escribía a su hija, en este carnaval vuelve a desempolvar ese pasodoble para cantarle a su nieta.
Hace cuatro meses
mi niña del alma
que no me oyes ningún cuento
con el corazón atento
poco antes de dormir.
Este cuento que te canto
hace cuatro meses,
mi niña del alma,
que te lo estaba guardando
igual que a tu mare
cuando me esperaba.
Pa que le contara el cuento
que le robaba febrero
hasta dormirse con los luceros.
Y al volver de los ensayos
te imagino en esa cuna
igual que hace treinta años
a mi rayito de luna.
Ese rayito de luna
que hoy te arrulla entre sus brazos
y te contagia de Cádiz
cuando te está amamantando.
Ella lo lleva en la sangre
y tú lo vas a heredar
con permiso de tu padre
en cuanto te cante el cuento
que no te pude contar.
Y esta noche como entonces
aunque me lleve al fracaso
compondré este pasodoble
pa la niña que más quiero
y olvidaré al comparsista
que no cambio los aplausos
por beberme tu sonrisa
mientras duerme mi lucero.
Pa cuando llegue ese día
que juntos, sentrañas mías,
vivamos los carnavales.
Por toítas las esquinas
vayas oyendo, chiquilla,
como te canta to Cai
este cuento que tu abuelo
te compuso en un te quiero
igual que a tu mare,
niña, como a tu mare,
como a tu mare.
Antonio Martín García
‘Comparsa Los invencibles’ – 2016