La historia comienza un día
de una sencilla tarde en verano
en donde el sol con la luna
comparten juntos su atardecer.
Estaba con mi guitarra
por esas fechas sacando un tango
y con la mirada puesta
en el acorde que iba a poner.
De pronto sin darme cuenta
y de repente cambie la vista
y como si fuese una brisa
por mi ventana la vi pasar.
Me salí deprisa hacia la calle
para ver con más detalle
si era un sueño o realidad.
No podía ser que por mi casa
la mujer con cual soñaba
la acaba de encontrar.
La miré pasar
y allí estaba tan preciosa,
tan radiante y tan graciosa
con sus ojos tan brillantes
de sonrisa impresionante
a la que tanto buscaba
la mujer que yo soñaba.
Ella estaba allí
Con su cara de Ava Gardner,
la de andares elegantes,
la que cuando se pasea
a los hombres los marea
y hasta obligan a girarse.
Y así empezó
nuestra historia de amor,
esa de amor verdadero.
Con la mujer
que tantas veces soñé
la que llenaba mis noches
con ilusiones,
la que me daba su risa
como una mano tendida
la que pasea a mi lado
y aprieta mi mano
allá donde esté.
Fernando Migueles
‘El diablo se viste de coro’ – 2018