Corría el mes de noviembre
soplaba poniente
pero mi Caleta brillaba a rabiar
como no había ni gente
sentado en la arena
se puso este duende a canturrear.
En la soledad de aquella tarde
muy cerquita pude contemplar
a dos genios gaditanos
que por la orillita
hablaban y hablaban
los dos sin parar.
Mientras yo los disfrutaba
pude ver cómo asomaban
por rincones de la playa
duendes que se peleaban
por quererles ayudar.
Le decían: “Ay, Manolo
cuando tú seas Dios Momo
cuenta historias de tu padre,
leyenda del carnaval”.
Otros duendes se acercaron
hasta David Palomar
y bailaron junto al pregonero
los cantes caracoleros
de ese Beni universal.
La Caleta y sus raíces
escribieron esa tarde
historias de Carnaval
y en el puente de canal
alumbrados por el faro
este duende contempló
como esa tarde crearon
a golpe de corazón
dos pregones gaditanos,
dos pregones gaditanos.
Luis Manuel Ripoll Lázaro
‘La culpa es mía’ – 2020