Sigue la tierra mía
más pobre todavía
que ya da pena, que ya da pena
cuándo se van a solucionar
el paro y la miseria
que es su condena, que es su condena.
Quién pudiera decirle
un piropo cantando
pero para piropos
no es el momento
que está pasando.
Ay, quién pudiera verla otra vez
recobrando su esplendor
yo quisiera ser como Hércules de su historia
y en un instante darle la gloria
y con su fuerza la solución.
Porque no ser que yo vea
a mi Cádiz como mi ruina
y al gaditano sufrir con él.
La bahía solitaria siempre está
solo se ve navegar
el vaporcito de El Puerto,
los mercantes ya no le pueden tocar
las sirenas al pasar
porque el muelle está desierto.
Me imagino lo que puede suceder
si cierran los astilleros.
Pero al fin aquí tuvieron que tragar
cuando vieron de verdad
el coraje de mi pueblo.
Una ciudad tan noble de condición
nunca se merece esta situación,
Malditos sean los culpables
que hacen que Cai
poquito a poco
se siga hundiendo, se siga hundiendo.
Antonio Miranda y Antonio Martín
‘El chichibolo’ – 1996