A golpes con la riqueza
me busco el sustento en la orfebrería.
En este oficio, que antaño
dio fama en el mundo a mi Andalucía.
En una cárcel de oro
me paso la vía
cincelando mil fortunas
a martillo y buril
y aunque aparente mi tipo
que nado en dinero
solo soy un temporero
de los bienes ajenos,
un don tal con mandil.
Y a Cai
que me fui con mis obras
buscando gloria
qué equivocación
fundí en tu suelo legendario.
Y al fin
esa joya sublime
que siempre quise
surgió del crisol
y hoy te llaman relicario.
Y floreció en tu interior
rebujando el embrujo, la gracia, ay, el duende.
sobran los metales nobles
y aleaciones baratas
tres mil quilates de historia
bañan la Taza de Plata.
Y ahora me explico el porqué
mucho se me preguntó
qué es lo que era un orfebre
que le sonaba raro y tenía razón.
Qué pinto así yo este año
si Cai es un lujo como el oro en paño.
Joaquín Quiñones y José Martínez
‘Orfebre’ – 1986