Javier Cansado utilizó la improvisación y el surrealismo para argumentar su afición por la fiesta gaditana · El humorista destacó la “crónica social” que forman las coplas carnavalescas
La invitación oficial para acudir al Carnaval de Cádiz 2008 llenó anoche una vez más el centro cultural Conde Duque de Madrid, donde estuvieron principalmente muchos gaditanos residentes en la capital de España acompañados por madrileños interesados en la fiesta gaditana. Allí pudieron disfrutar del surrealismo de Javier Cansado, sin Faemino, que de forma improvisada y sin texto por delante desgranó, entre chiste y chiste, las causas por las que se ha convertido en un fiel seguidor de lo que acontece en el Teatro Falla en los meses de enero y febrero, según caprichos del calendario.
“Seré breve”, dijo el presentador antes que nada y a fe que cumplió su advertencia. “No me gustan las cámaras digitales”. Fue la primera frase de Cansado y bastó para descolocar al público. No era una presentación del Carnaval al uso y el humorista se encargó de dejarlo claro desde el comienzo. “Es mi forma de ser, no me gustan las cámaras digitales, soy como muy abertzale madrileño, muy nervioso. Si digo en un bar ‘póngame una caña y luego otra’, quiero que me pongan antes la otra que la primera”, explicó Cansado para entrar en calor.
Todo esto sirvió para asegurar que si bien las cámaras no son de su agrado, le ocurre lo contrario con los carnavales. Relató que se tomó como un “embolao” el encargo de Ayuntamiento de Cádiz para presentar la fiesta en su ciudad natal. “Yo a esto le tengo mucho respeto. Qué digo yo, qué cuento si aquí los que estáis conocéis muy bien el Carnaval”, argumentó. Siguió hablando sobre la indiferencia que había causado su nombramiento de presentador en sus compañeros de la Cadena SER. “Ah, pos bueno, pos mu bien”, le decían. También contó que su hijo pequeño, Carlitos, se mostró encantado. “Pero mi hijo no me vale porque se entusiasma hasta cuando le digo que vamos al dentista o que va a cenar judías verdes”, aseguró. Había probado luego con su hija Susana, quien, según su progenitor, le había contestado: “¿Carnaval de Cádiz?, ¿esos son los que dicen ‘hijoputa’?”.Y antes de que se escandalizara el público del Conde Duque aclaró que el insulto se trataba del final del estribillo de ‘Una chirigota con clase’ (que por cierto cantó íntegro), chirigota que en casa de Javier Cansado se ha visionado hasta la saciedad.
Pidió disculpas por ser “endogámico” y hablar de su familia, aunque precisó que el Carnaval gaditano también lo es “cuando habla de mojarras, La Caleta o el Falla”. Fue entonces cuando expuso el origen de su bautismo como aficionado. “Una amiga que trabajaba en Canal Sur me hizo llegar un vídeo de ‘El que la lleva la entiende’, más conocida como ‘Los borrachos’. Cuando escuché ‘Los duros antiguos’ al revés supe que aquello no era cualquier cosa”. Cansado empezó a “flipar” con el material que llegaba a sus manos hasta que pudo ver en directo su primera final a través de Telemadrid. “Fue el año de ‘Las viudas’ y ‘Los titis’. Ahí comprobé la enorme creatividad de los gaditanos”, afirmó.
Una buena dosis de ironía llevaban sus siguientes palabras. Muy serio dijo que los hombres que hace el Carnaval “lo pasan muy mal, todos los días de diez a doce de la noche ahí ensayando con sus amigos, sin poder estar en casa con los niños y la parienta. Es muy duro”. Los invitados al Conde Duque captaron el mensaje y rompieron a reír.
“Comencé entonces a propalar el Carnaval entre mis amistades y compañeros de trabajo, cosa difícil porque ven muy anticuado cantar cuplés y pasodobles. A lo mejor es que yo soy muy español pero me gusta el pasodoble del Noly, me emociona”, aseveró el humorista. Destacó asimismo, dando un toque “a los que creen que las agrupaciones sólo hablan de Cádiz”, que la fiesta de la trimilenaria “es una crónica social del mundo entero”. Fue además sincero al exponer dos asuntos del Carnaval de Cádiz que no le gustan: la denominación de ilegales para las chirigotas callejeras y la parte cómica de los coros.
Se despidió Javier Cansado invitando al personal a visitar Cádiz en Carnaval, aunque reconoció no haber ido nunca. “El Carnaval de Cádiz es un masaje para el páncreas, la creatividad y el buen rollo”, expresó como remate a su intervención.
La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que con anterioridad se había dirigido al respetable para explicar que “cada año es una aventura presentar el Carnaval en Madrid porque siempre hay algo que preparar a la vez como la Navidad”, entregó al humorista un trofeo como recuerdo de su intervención. Martínez invitó a la ciudadanía “a visitar Cádiz y sentir la claridad, la libertad, la alegría del Carnaval”.
Diario de Cádiz
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acuestate