Un grupo de autores y directores, encabezados por Antonio Martín, expresó sus preocupaciones y quejas al Patronato e incluso amenazó con un plante si no se abordaba el asunto
El Concurso Oficial de Agrupaciones 2011 corrió un serio riesgo de paralizarse el pasado lunes. La causa no fue otra que la incertidumbre y el miedo provocados por la penalización a la chirigota del Selu por excederse en el tiempo de montaje de la escenografía. El Patronato se vio rodeado por tres frentes. Por un lado, el informe del coordinador técnico del Teatro Falla, Juan Delgado, fue definitivo para que la organización del Concurso, ante las presiones, ‘derogara’ el artículo 17.4 del reglamento en el que se especifica que “para que sea concedida la ampliación del tiempo de montaje y desmontaje será necesaria que junto a la solicitud, que habrá de cursarse ante el Patronato con diez días de antelación al inicio del Concurso, se incorpore proyecto de la escenografía que se pretende instalar”.
Delgado, tras comprobar las prisas con las que se estaban efectuando los montajes los primeros día de Concurso, en muchos casos por los propios componentes de las agrupaciones temerosos de ser penalizados, y que esta situación era peligrosa en el interior del escenario, se puso en contacto con el Patronato para ofrecer su visión como responsable principal de todo lo que ocurre tras el telón.
Por otro lado, las empresas de artesanía que montan las escenografías no podían garantizar la seguridad de los atrezzos, colocados a la carrera, ni prometer a los grupos que podrían montar o desmontar a tiempo si éstos no lo habían solicitado en el boletín de inscripción.
Una tercera vía de presión llegó por parte de un grupo de autores y directores, encabezados por Antonio Martín, que mostraron su preocupación al Patronato. El mismo lunes, estos carnavaleros pactaron un frente común en el caso de que el problema no se resolviera.
Antonio Martín señalaba ayer que el problema “tenía a todos los autores en vilo”. El coplero gaditano confesó que tenía “las carnes abiertas” pensando en su actuación del próximo sábado. “Hablé con Juan de Dios Santana, de la Asociación de Autores, y le dije que si sólo dos agrupaciones habían entregado el dichoso proyecto, era señal de que no se había transmitido bien la norma a los representantes legales, que se habían limitado a rellenar la casilla de los cinco o los diez minutos, según el caso. Ha faltado comunicar de mejor manera este cambio del reglamento”, señaló Martín. “Todo fue confuso el lunes porque en un principio nos dijeron que podríamos entregar los proyectos aunque fuera del plazo, que era diez días antes del Concurso. Luego se dijo que no, que sin proyecto no había nada que hacer. Fue cuando amenacé con un plante si no se retomaba este tema. Estaba dispuesto a que mi comparsa no cantara”.
El autor de ‘Las locuras de Martín Burton’ no entendía además “cómo el Patronato, después de comprobar que sólo dos agrupaciones habían entregado el proyecto de la escenografía, había dejado correr la historia sin percatarse de que podría haber problemas. Ya podrían haber avisado a los representantes legales, porque aquí parece que en vez de facilitar a los grupos su participación, gusta poner trabas”. Martín respira tranquilo tras haberse solucionado el problema y agradece que el Patronato haya rectificado.
La presidenta del Jurado Oficial, María Victoria Smith, también se pronunció ayer sobre este asunto. Declaró que el reglamento hay que cumplirlo, “pero también es verdad que la seguridad es lo primero”. Y agregó: “Los técnicos advirtieron que montar las escenografías de ciertas agrupaciones en cinco minutos podía resultar peligroso, y no puede ser que una norma ponga en riesgo la seguridad de las personas, porque eso, la seguridad, es lo primero, lo principal. Así que me parece bien la decisión que se ha tomado. No hay otra opción”.
Asimismo, a Smith también le parece un acierto que la medida se haya tomado con carácter retroactivo, “para así propiciar la igualdad” entre las agrupaciones.
Antonio Quintana, de RAS Artesanos, comienza su respuesta con una reflexión: “Este año concursan 190 agrupaciones, y son muy escasas las que han solicitado oficialmente los diez minutos de montaje. Eso ha ocurrido por falta de atención o bien, por falta de comunicación”.
Asegura el profesional que muchas de las agrupaciones con las que trabajan tenían claro que no querían sacrificar su montaje, “les daba igual que les penalizaran”. Y ellos, los artesanos, también tenían “muy claro” que iban a realizar su trabajo “igual de bien que siempre” si se hubiera mantenido la norma. “Aunque sería una incongruencia que, delante de los medios de comunicación, se incumplieran las medidas de seguridad, porque no puede ser que antes de que cante un coro haya 50 personas corriendo con las tarimas y otras cosas por el escenario. La seguridad es primordial”, aseguró.
Quintana recalca que el tiempo de montaje hay que regularlo, pero también dice que hay que tener en cuenta, como ha sucedido en esta ocasión, los inconvenientes que puede causar la medida reguladora en cuestión.
A lo expuesto por el artesano de RAS, hay que añadir que las empresas que hacen los decorados son las responsables de lo que construyen, pero una vez en el Teatro, el anclaje y la fijación de las escenografías son responsabilidad del personal de tramoya. Y otro dato: en el boletín de inscripción se especifica que las agrupaciones tienen que presentar un proyecto del atrezzo que van a montar en el escenario, pero es un término equívoco, ya que lo que se demanda es un dibujo o croquis de lo que se quiere montar.
Joaquín Quiñones, presidente de la Asociación de Antifaces de Oro y miembro de la Junta de Gerencia del Patronato, reconocía ayer que no había tenido noticias de esta amenaza de plante de algunos de los autores más influyentes de la fiesta. Eso sí, el autor este año de la comparsa ‘La corona’, confiesa que votó favorablemente a la posibilidad de tratar con más flexibilidad el artículo 17.4 del reglamento del presente Concurso. “Está claro que hay que anteponer la seguridad y que los informes de Juan Delgado han pesado muchísimo en este aspecto”.
Aclara que ellos lo que han hecho es rectificar esa norma, pero que en ningún momento “hemos dicho al jurado lo que tiene que hacer, si tiene que devolverle al Selu los tres puntos o no. Eso ya es cosa suya. Nosotros hemos redactado una nota con carácter retroactivo y el jurado es el que tiene la patata caliente”.
Joaquín Quiñones y sus compañeros de la Gerencia del Patronato tienen claro que para el próximo Concurso será necesario “redactar mejor ese punto, porque, por lo que se ve, todo el mundo ha creído que señalando el sí en la casilla correspondiente bastaba para que tuvieran los diez minutos de montaje y muy pocas agrupaciones son las que han presentado el proyecto o el plano con la escenografía y el tiempo que necesitaban para montarla”.
Quiñones repite que no se enteró del posible plante pero que “aunque lo hubiera sabido no me hubiera parecido ético formar parte estando en la Junta de Gerencia del Patronato. Eso sí, nosotros, los autores que formamos parte de este ente, sí que nos posicionamos a favor de la Asociación de Autores cuando amenazaron con paralizar el Concurso si el Ayuntamiento no les pagaba las cantidades que le debía del pasado año”.
Fuente: Diario de Cádiz