Santo, santo, santo,
santo, santo, santo,
santo, santo,
santo, santo.
Aquí mando yo,
en este barrio mando yo
y no manda más nadie.
Si alguien quiere mandar
que se ponga en la esquina de atrás,
que aprenda y calle,
que aprenda y calle.
Porque yo soy un delincuente (pero decente)
yo soy un maleante (pero elegante)
que yo soy malo malo y carne de delito
mi corazón de nadie
mi llanto es por mi gente
y mi religión la calle.
Aquí mando yo,
en este barrio mando yo
y no manda más nadie,
y no manda más na…
Niña, niña, niña,
ha llegado el Santo, el forajido,
atracador carterista ratero pícaro ladrón,
caco, salteador de caminos,
incansable bandido de tu corazón
tu pide, tú pide por esa boca,
tú pídeme,
tu quieres que yo robe, yo robo,
que mate, yo mato,
que yo le ajusto las cuentas a quien quieras tú
y formo el taco.
Solamente hay una cosa
que quiero que tú comprendas, niña.
Yo te haré los milagritos
su tú me pones la ofrenda.
Que yo no soy católico apostólico romano ni adoctrino
pero me llaman Santo porque soy divino,
porque soy divino, porque soy divino,
pero no soy católico apostólico romano ni adoctrino.
Yo tengo este corazón
con ocho largos puñales
clavaos en el alma mía
que son como ocho dolores
una por cada provincia
de mi mare Andalucía.
Sepan ustedes
que en el centro tengo a Cai,
que en el centro tengo a Cai
y ese es el que más me duele.
Ha llegado el Santo
y yo aquí me consagro,
tú pones la ofrenda yo pongo el milagro,
yo pongo el milagro,
tú la ofrenda yo el milagro
tú pones la ofrenda
yo pongo el milagro.
* * *
Jesús Bienvenido
Los Santos, 2010