La ostioná

Cádiz ya respira aires de Carnaval. Las radios de los coches han dejado a un lado los sones de David Bisbal y compañía para dar paso a los tangos, pasodobles y cuplés; las colas han vuelto a las paradas de los autobuses; los atascos a la entrada de la ciudad y el moscatel vuelve a agotarse en todos los establecimientos.

Los síntomas los sufre toda una ciudad y el motivo principal es el Carnaval. Sin duda alguna, la fiesta grande de la ciudad ya ha echado a andar y lo ha hecho con miles de personas en las calles. Casi 3.000 –según fuentes de la Policía Local– llenaron ayer la plaza de San Antonio para degustar los primeros ostiones de la temporada.

Como es ya tradicional, la peña El Molino celebró su XXI edición con un espectáculo que dio la bienvenida oficial al Carnaval 2007 por la puerta grande. Desde primera hora de la tarde del primer domingo de fiesta, sus socios repartieron en las barras instaladas alrededor de la plaza un total de 1.300 kilos de ostiones, que llegaron directamente de la depuradora, aunque para acceder a estos manjares hubiera que esperar casi una hora con un sol de escándalo que salió tras alejarse la niebla del cielo de la ciudad.

Los que osaron esperar la cola también pudieron beber de gorra ya que también se distribuyeron 25 barriles de cerveza y 50 cajas de vino entre todos los asistentes.

El acto comenzó poco antes de la una y media de la tarde, en una inauguración que contó con la Diosa de 2006 y las ninfas que representarán a la mujer gaditana durante este año.

Las jóvenes, que volvían a subir a un escenario después de la Pestiñada del pasado sábado, fueron presentándose al público y, como ya es tradicional, bailaron un tanguillo. Tras el pistoletazo de salida, el coro de Lamas, que este año será La Reconquista, presentó su tango y el repertorio que este año llevará al concurso del Gran Teatro Falla, que comenzará hoy mismo a partir de las nueve de la noche. Tampoco faltó a la cita la alcaldesa, Teófila Martínez, y varios ediles de su equipo de Gobierno, así como representantes de la Junta de Andalucía, que también hicieron acto de presencia durante la tarde.

Por el escenario fueron pasando los coros Brigada 69, Sálvese quien pueda, Mirando pa Rota y Los Reyes de las tablas, la comparsa juvenil La Sonrisa y las chirigotas Pom, pom, pom, pom gorrión… aahh y Los que paran en la Huella, que intentaron hacer pasar un buen rato al personal, más preocupado en comer y beber que de las agrupaciones.

De hecho, encontrar un lugar para almorzar en todo el casco histórico de la ciudad se convirtió en tarea imposible para los que lo intentaron y por eso muchos terminaron comiendo el primer bocadillo de las fiestas. Y no era para menos, ya que se llegaron a concentrar sólo en la plaza de San Antonio más de 3.000 personas, una cifra muy elevada con respecto a ediciones anteriores, sobre todo, teniendo en cuenta que en esta ocasión la Ostionada compartía protagonismo con la Erizada, que se celebró de forma paralela en el barrio de La Viña y que también contó con un lleno de público.

Entre los asistentes, destacó la presencia de aficionados de toda la provincia, lo que provocó un importante caos de tráfico a primera hora de la tarde, que no pudo ser regulado por ningún policía a causa del dispositivo de vigilancia puesto en marcha para los actos gastronómicos y que concentró a casi la totalidad de la plantilla disponible.

Vigilancia

De hecho, esta situación pudo provocar algún que otro problema, ya que un accidente ocurrido sobre las dos de la tarde en la zona de Canalejas obligó a dejar el dispositivo de seguridad de la plaza de San Antonio con tan sólo dos agentes de la Policía Local, que no contaron con el respaldo de la Policía Nacional en buena parte de la mañana. Una situación que provocó el enfado de los agentes del turno ordinario, que contrastaba con el buen humor del resto de la ciudad, que ha vuelto a sonreír para dar la bienvenida al Carnaval. A partir de hoy, las coplas tomarán el relevo a la calle, que volverá a quedar en un segundo plano hasta el próximo 17 de febrero, primer sábado de Carnaval.