-¿Qué ha motivado esta parada en el camino?
-Principalmente causas familiares que me impiden concentrarme en el Carnaval y estar con mis agrupaciones como me gusta estar. Ya este último año lo he pasado mal y era hora de tomarse un descanso.
-¿Existe algo de hastío además de los problemas familiares de los que habla?
-Es cierto que vengo pensando en este parón desde hace unos años. Han sido muchos carnavales sin parar haciendo en muchos casos doblete con mi chirigota y coros o con mi chirigota y la comparsa de Quiñones. Además, veo que la rivalidad está sobrepasando los límites de la nobleza que siempre tuvo el Carnaval. La presión es mucha, la que te pones tú y la que te pone la gente. Y al fin al cabo uno es un autor de Carnaval, que hace lo que le gusta y después se encuentra con una presión añadida. Esto es Carnaval y no siempre se puede ganar. Los rivales también concursan y tienen talento.
-¿Ha notado diferencias entre el mundo de la chirigota y el de la comparsa?
-En la comparsa hay más presión. Con Quiñones lo he notado porque a pesar de que es un grupo de aficionados a la fiesta y que sale por afición, luego es inevitable esa presión. Con ellos he estado en cinco finales de seis años, con dos primeros premios y dos segundos. Es difícil que un grupo así no tenga presión.
-Pero la presión tienen un componente positivo por cuanto la tienen los que se han hecho un hueco entre los grandes.
-Indudablemente. Siempre he dicho que las medallas se ganan en las guerras. Y desde 1978 ya he vivido unas cuantas.
-¿Cómo se siente en estas fechas en las que se van formando grupos e ideas para el siguiente Carnaval?
-Se me hace muy extraño no estar liado con las músicas. Por estas fechas en estos últimos años ya tenía casi terminados los pasodobles para Quiñones y para la chirigota. Siempre me gustó hacerlos antes del verano para que no me cogiera el toro.
-Más extraño se sentirá en pleno Concurso, ¿no?
-Yo creo que me vendrá muy bien verlo desde fuera. Son muchos pasodobles y cuplés en las alforjas y siempre se aprende mucho desde otra óptica. Quiero recuperar mi condición de aficionado, perdida por la rivalidad. Cuando compites, no valoras lo que hacen los demás porque estás pendiente de que fallen para tener tú más opciones. No se disfruta de los compañeros.
-Bustelo le sucede en la autoría de la música de la comparsa de Quiñones y Aragón en la de la chirigota de Manolo Santander, ¿qué opinión tiene de estos relevos?
-Me parecen dos autores de garantías que harán muy buenas músicas. Deseo a ambos lo mejor y también a todas las agrupaciones, aunque principalmente a mi comparsa, la de Quiñones, ya que la siento como tal y quiero regresar algún día. Son unos fenómenos.
-Muchos aficionados lamentaron la ruptura del trío Noly-Peñalver-Cárdenas.
-Fue un año en el que decidimos descansar los tres y luego al final yo me arrepentí porque necesitaba hacer Carnaval. Me llamó Manolo Santander y le dije que sí. Ellos volvieron al año siguiente y contaron con Barranco. No pasa nada. Siguen siendo grandes amigos y espero, y deseo, que en el futuro volvamos a hacer algo.