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Que viven como reinas las mojarritas…
Colmaste de piropos
nuestro recinto en tus coplillas
y dijeron que eras
de la Caleta su amante fiel,
hiciste un museo
con naves por doquier
donde las mojarritas
eran las reinas como así es.
Pero la vida humana termina pronto,
tus letras y piropos ya se acabaron,
la barquilla se pudre entre sollozos
y tú te has hecho piedra, quieto y callado,
aunque siga tu alma
entre nosotros, entre nosotros.
Un trozo de la piedra ostionera
turururú, tururu…
impregnado del alma de la Caleta,
turururú, tururu…
igual que hiciera Adán por su compañera,
esa es nuestra costilla para el poeta.
Enrique Villegas Vélez
‘Quince piedras’ – 1984