La peña lasaliana decide hacer un alto en el camino ante la imposibilidad de completar el grupo
Manolo Torres, Juan Antonio y Rafael Guerrero, Antonio Sánchez de la Flor, José Luis Fatou… Algunos de los que fundaron el mítico coro de La Salle Viña para el Carnaval de 1978 se han visto obligados a decidir que la agrupación se tomará por primera vez en su extensa trayectoria un año de descanso. Miembros ahora de la junta directiva, a la que han accedido para reflotar la peña, los veteranos coristas han tomado una “dolorosa” decisión al no poder reunir el número necesario de componentes, tanto en voces como en orquesta, y un director musical de garantías. Únicamente tenían cerrada la dupla de autores: los Pastrana, padre e hijo.
“El tiempo se echaba encima y hemos visto que era lo mejor. Antes de no poder darle la dignidad que por su historia el coro merece, mejor hacer un alto en el camino”, explicaba ayer Guerrero, vicepresidente de la entidad. Después de haber “trabajado mucho por salvar la situación, celebrando varias reuniones”, el acuerdo de la junta directiva es descansar “con el objetivo de coger fuerzas y preparar con ilusión el coro para el Carnaval 2017. Con esa intención vamos a seguir trabajando”.
La decisión ha sido tomada “con todo el dolor del corazón y después de tragarnos muchas lágrimas”. Guerrero destacaba que otro histórico del coro como Antonio Ventura, vocal de la nueva junta directiva, “ha hecho lo posible y lo imposible por formar un grupo de garantías, pero no ha podido ser”.
El año sabático pondrá fin a 38 años ininterrumpidos, logro que ninguna agrupación de la actualidad ha conseguido. Desde la irrupción del coro en el Carnaval gaditano con ‘Los liberales de 1800’ en 1978, La Viña ha vivido dos etapas bien diferenciadas. El fin del siglo XX le sentó mucho mejor que el inicio del XXI. En las postrimerías de la anterior centuria alcanzó prácticamente su mayor gloria con cinco primeros premios: ‘Entre pitos y flautas’, ‘Pinocho’, ‘Takatá Chim-Chim Pom-Pom’, ‘Batmonos que nos vamos’ y ‘El habla de Cádiz’. Entre ‘Los liberales’, su primera final, y ‘El tren botijo’ en el año 2000, su última, el coro viñero estuvo 18 veces en la gran noche del Concurso del Falla. Desde ese 2000 no volvió a pisar la final, cayendo paulatinamente en la clasificación hasta encontrarse con dificultades para alcanzar los cuartos de final y quedándose en la primera fase en los últimos tres años. Eran ya indicios de que al coro le hacía falta bien un revulsivo o un descanso, decantándose finalmente la peña por lo último.
Han sido 37 años y 38 coros. Hay tiempo por delante para preparar un Carnaval, el de 2017, que debe suponer el regreso del coro por la puerta grande, por la que tantas veces salió.