La crisis le ha puesto a huevo al Selu su personaje de 2013. Un banquero que, si bien no es un estereotipo, el autor ha conseguido dotarlo de todo lo necesario para que su chirigota continúe con el registro interpretativo
La crisis le ha puesto a huevo al Selu su personaje de 2013. Un banquero que, si bien no es un estereotipo, el autor ha conseguido dotarlo de todo lo necesario para que su chirigota continúe con el registro interpretativo, que es su seña de identidad. “Tendrá un lenguaje de la calle, de lo que piensa la gente de los banqueros desde su perspectiva. Habrá mucha ironía. El banquero viene a defender sus argumentos. Quiero hacer una implosión con el banquero, hundirlo desde dentro”, explica el autor. Reconoce además que tenía “reticencias con el tipo, más bien con el estereotipo, que es lo que la afición espera de nosotros. Pero ya he dado con él. Me ha ocurrido como con la Pepi. Yo tenía la idea de una limpiadora del Oratorio, pero no el personaje”. Y cuenta de dónde salió la peculiar Pepi: “Acompañé a mi padre al ambulatorio de Vargas Ponce y coincidimos en el ascensor con una mujer rellenita, más bien apretá y colorá. Al parecer el médico le había mandado ponerse una faja y ella estaba diciendo ‘que no me pongo la faja, que no me la pienso de poné, que le den por c… al médico’. Cuando salimos le dije a mi padre: ea, ya tengo a la Pepi”.