"Antes, ir al Falla era ir a una fiesta, ahora es como ir a un velatorio"

Manolo Santander descansará en 2012 después de 31 años ininterrumpidos · “Quiero ver esto desde fuera porque a lo mejor el que está equivocado soy yo”, dice

El de Manolo Santander es un caso especial en la elite carnavalesca. Llevaba treinta y un años sin descansar participando en el Concurso. Y ha elegido el Carnaval del Doce para pedir una excedencia. Desde ‘Los ases del jazz’ (1981) hasta ‘Ángeles y malanges’ (2011) ha defendido a capa y espada el estilo más tradicional de las chirigotas.

-¿Cuál es el motivo de su parada biológica?

-Básicamente no tengo ganas de Carnaval. Han sido 30 años consecutivos y ya me tocaba. Creo que es el momento oportuno de parar.

-¿Tienen algo que ver sus últimos resultados en el Concurso?

-No, para nada. Llevaba varios años en los que ya no iba al Falla con la tensión de mis primeros años. A estas alturas, el resultado me daba igual, como el cántico del Cádiz. Estaba haciendo chirigotas con mis amigos. Y nunca me hizo falta que alguien me dijera que no venía bien preparado, porque yo soy el primero que sé cuándo vengo bien y cuándo regular.

-¿Siente que su estilo de chirigota ya no gusta como antes?

-Hombre, está claro que hay un estilo que está gustando a aficionados y al jurado. Contra eso no se puede hacer nada. Entiendo que son modas.

-¿Se refiere al estilo teatral que impera hoy en día?

-Exactamente. Yo no sé hacer ese tipo de chirigotas. No me gustan. Yo subo al escenario, canto un repertorio y me voy. Yo creo que la chirigota es algo más sencillo. Hay chirigotas que no se pueden escuchar por la radio porque se basan mucho en efectos visuales. Ahora se toma como fresca una copla referente a algo que pasó el día antes en el propio Concurso, pero no tiene ningún valor. Hay chirigotas que aprovechan el Concurso para más de medio repertorio. Muchos cameos, muchos figurantes, mucho atrezzo fijo y móvil, mucha estrategia pensando incluso en el día que vas a cantar y en qué agrupación famosa canta contigo para sacar una letra que llaman fresca. Demasiadas armas con las que yo nunca he jugado ni jugaré. Hay muchos grupos a rebufo del estilo que gana, pero no es lo que yo pienso que debe ser una chirigota.

-¿Qué opinión le merece el Concurso en general?

-Voy a descansar principalmente por falta de ganas, pero el ambiente del Falla de los últimos años me ha dado un empujoncito. Antes ibas a una fiesta y ahora vas a un velatorio. El ambiente no puede ser más frío. Todo lo que rodea al Concurso es muy extraño. Quiero descansar para verlo desde fuera después de tanto tiempo dentro y ver si merece la pena seguir o no. Lo mismo es que el que está equivocado soy yo, no sé. Por eso quiero verlo desde otro prisma.

-Después de 31 años sin parar se sentirá extraño en su casa entre las nueve y las doce de la noche…

-En mi casa no estaban acostumbrados a verme a esas horas en invierno. Esa franja horaria no es la mía. A veces parece que estorbo (risas) porque me dice mi mujer: eh, que aquí este día siempre vemos esta serie. He perdido el poder del mando de la tele. Bueno, será cuestión de acostumbrarse.

-¿Cuántas veces le han dicho ya en casa que debería de haber salido?

-Unas cuantas y sólo estamos en octubre. A mi mujer no hay quien la entienda. Me decía antes que no paraba para nada en casa y ahora que por qué no he salido.

-¿Se ve matando el gusanillo en una callejera?

-Me lo han propuesto algunos antiguos componentes de mi chirigota, pero no me veo. A mí me motiva el Concurso, la verdad. Aunque no descarto la sorpresa.