El tango, protagonista de un pregón que el corista no podrá rechazar

por El Pater

Julio Pardo se convierte en el más mafioso de los mafiosos durante la celebración de la proclama del Carnaval de Cádiz 2011 · La banda de la Maestranza de Sevilla, una rondalla y el coro, en escena.

¿Capisci o no capisci? El pregonero se ríe de sí mismo y de la caricatura que de él dibujan sus enemigos durante la proclama reina del Carnaval de Cádiz que, como es tradición, ayer se celebró en la plaza de San Antonio. ¿Capisci o no capisci? Julio Pardo, traje de chaqueta azul oscuro, tres cuartos dejado de caer sobre los hombros, tocado con un sombrero de ala. Julio Pardo convertido en El Padrino, en el más mafioso de los mafiosos, brinda un pregón que no podrá rechazar. Un pregón con el tango como punta de lanza y la familia corista como asidero principal.

“Hoy, el Padrino, su familia corista, los artistas que en su fiesta van a actuar y todos sus invitados os desean un feliz Carnaval 2011. Al contrario que en otros espectáculos aquí puede y debe cantar todo el que quiera, no guarden silencio, graben, saquen fotos que merecerá la pena, toquen las palmas y sobre todo disfruten”, inaugura el cuartetero Ángel Gago, metido a maestro de ceremonias de una fiesta, que tiene como camarero al simpatiquísimo locutor Germán García, y que comienza al son de una rondalla que nos recuerda a la película de Coppola. El Padrino del Carnaval hace su aparición en un verdadero garito que montan en el escenario. Tablas que al final de la noche soportarán el peso de 120 coristas y personalidades públicas además de los miembros de la Orquesta Maestro Tejera, de la Maestranza de Sevilla.

“Sean todos bienvenidos a la fiesta que ha organizado este humilde padrino y su familia en esta Plaza de San Antonio, en la que vamos a celebrar el comienzo de una semana de diversión y alegría de toda la ciudad”, se presenta el pregonero. Una fiesta que tiene que ser “la del color, la de la fantasía, la de la imaginación, la fiesta de la copla burlona, la semana de la transgresión, de la crítica, del chiste satirón, la del pelotazo, del cajonazo y del bastinazo”. Días “de reírse a carcajadas escuchando callejeras y romanceros, de corear estribillos de chirigotas que se quedarán para siempre, de ponerse los vellos de punta con letras de comparsa, pero sobre todo de sentir por tu cuerpo el compás de la música más gaditana”, recomienda durante una proclama en la que estuvo escoltado por sus dos principales consejeros: Tony Rivas y Jony Lucena (Antonio Rivas, el letrista, y Juan Lucena, el director de su coro en los últimos 20 carnavales). Un pregón donde sonaron tangos y estribillos por doquier. Desde el más antiguo que se conoce, el de ‘Las viejas ricas’ (1885) hasta la última creación de Pardo, el tango de ‘Los manitas’. Un pregón que tiene, a nuestro juicio, dos momentos sublimes: la reunión de componentes de todos los coros e, incluso, de míticos copleros retirados, cantando los estribillos de diferentes agrupaciones; y la interpretación de Las habaneras de Cádiz con la mujer y las hijas de Carlos Cano en el escenario.

la música

“Qué sería de Cádiz sin su música”. Pardo nos recuerda que aquí se toca “diferente”, no mejor ni pero que en otros lugares. “Pero nuestra música es distinta y más nuestra porque es la nuestra”. Música compuesta e interpretada “por los instrumentos más humildes y populares”. “Si con esas cuatro cosas Cádiz hace la música que hace, es que aquí hay mucho arte”.

Música que surge de las voces de los copleros porque “¿dónde se ha visto tanta gente cantando tan bien, sin partituras y sin director?” La música del Carnaval “no es un arte menor ni populachero”, palabra de Padrino.

Y, en medio, parodias con Germán y Gago. Y datos, información. “Me han dicho que esta música la utilizó pro primera vez El Tío de la Tiza en 1899 en su coro ‘Los relojes’”, el maestro de ceremonias habla de La giralda, un pasodoble histórico que vuelve a sonar gracias a la banda de la Maestranza y que, en su segunda vuelta, bailan con arte y elegancia María Pardo y Daniel Saltares.

voluntades

Pardo Corleone, Tony, Jony, Germán y Gago también dictan unas normas a todos los destinatarios de esta celebración. “Son mi voluntad para que las fiestas de esta ciudad transcurran con normalidad y cada uno sepa cómo comportarse”, ordena el pregonero.

Guerra entre las familias coristas sólo durante el Concurso. Paz y armonía el resto del año. Generosidad de los comerciantes para con las familias coristas (a riesgo de ser tildados como “tacaños y miserables” si lo incumplen). Obligación para los que escuchan de ir a buscar a los grupos y de obsequiarlos con aplausos y sonrisas (nada de “párate aquí y me cantas”). Que los medios de comunicación respeten a las familias coristas (que ya lo hacen). Que los aficionados se encarguen de transmitir el legado del tango de padres a hijos, de nietos a abuelos. Voluntad también para las autoridades. Apunten. “No mientan más sobre el futuro del Museo del Carnaval y digan de una vez por todas, especialmente en años electorales como éste, que el Museo les importa un pepino”. “La casa de todos los amantes del Carnaval no es negociable”.

Las voluntades de El Padrino también apuntan directamente a algunos nombres. A Juan Antonio Lamas, a Quico Zamora, a Adela del Moral, a Paco Martínez Mora, a Fali Pastrana, a Teófila Martínez, a Marta Meléndez, a Luis Rivero, a la diosa del Carnaval… Todos presentes en escena. Todos sonrientes porque todos los mensajes fueron advertencias amables que tenían como motor la buena salud de la fiesta. También hubo recados para otros que no pudieron o no quisieron estar: Valdivia, Villanueva y Monchi.

Cantores de Híspalis pusieron el sello de las voluntades con A mi dios me dio la suerte de haber nacido en Andalucía.

locuras

Toni, Jony y Padrino se enganchan en una conversación donde salen a relucir los motes de los carnavaleros y de algunas agrupaciones. Pequeñas locuras de la divina Cádiz. “Piojos, Pellejos, Remolinos, Chupas. ¿Aquí no se llama nadie normal?”, se pregunta el pregonero, ya en batín y en su despacho desde donde pronuncia la emotiva y, quizás, larga proclama. El tango de ‘Cumpleaños feliz’ Mi padre es un loco con arte cierra este cuadro.

sábado de carnaval

“Me podrán decir antiguo, me podrán decir que los tiempos han cambiado, podrán achacarme que nos estamos haciendo viejos y que no nos gusta lo moderno, pero nadie podrá negarme que aquellos inolvidables sábados de Carnaval, principio explosivo de la fiesta de los gaditanos han pasado, por desgracia, a mejor vida”, sentencia el pregonero antes de dictar unas normas para el correcto comportamiento en el día de marras. En la tierra donde nacen, interpretado por la banda, la rondalla y cantado por el coro de Pardo, antecede a una de las partes más emotivas del pregón donde el maestro de ceremonias invita a subir a los componentes de otros coros y a míticos coristas.

el mejor coro del mundo

Salvador Ramallo Mayeto de Cai, Antonio García, Juan Romero y Antonio Romero Rorro, Basilio, Salvador Longobardo, Juan de Dios Santana, José María García, Augusto Bravo, Miguel Rodríguez, hasta Juan Antonio Guerrero y Carlos Mariscal… Todos en escena. Cantando. Tocando. Estribillos de ‘Los Dedócratas’, ‘Entre pitos y flautas’, ‘El Callejón de los negros’, ‘A Venecia del tirón’, ‘Watussi’, ‘Tutilimundi’… Las letras salen en las pantallas que flanquean el escenario. Todos cantamos. Tocamos palmas.

“Los amantes del Carnaval, los coleccionistas, los enamorados de Cádiz que aprovechen y hagan esta foto que difícilmente se repetirá. Los coros y Cádiz estamos viviendo un momento histórico. Y es vuestro” , dice con acierto Pardo mientras los papelillos planean sobre San Antonio.

la vida de un mafioso

El Padrino echa la vista atrás y recuerda. Más de treinta presentaciones en sociedad de nuestros hijos. Maquillajes y disfraces que lo hacen parecer menos malvado. La espera de veredictos que ya sabía (dice con guasa)… Recuerdos. Y se siente “rico” por haber nacido “en la mejor tierra del mundo”. Rico por los maestros y por los amigos. Entre ellos, uno muy especial, el desaparecido, ahora hace diez años, Carlos Cano. “Pocas personas han reflejado el sentimiento, la dignidad y la grandeza de Andalucía en sus coplas como él lo hizo”, se sincera Pardo, al tiempo que Alicia (mujer de Carlos) y Amaranta y Paloma (sus hijas) entran en escena junto con el amigo Raúl Alcover. Suenan Las habaneras de Cádiz, que un gaditano no puede escuchar sin que sus ojos se tornen vidriosos. Habaneras en San Antonio, con Antonio Carlos Moreno y Zampi como solistas y con las voces de todos los coristas en el apoyo. Uno de los himnos de Cádiz que da paso a otro himno para terminar. El himno. Los duros antiguos.

Diario de Cádiz

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