De Goleta a San Vicente: calles de la mar de coplas

por El Marqués


Martínez Ares presenta su biografía en el barrio que le vio nacer, Santa María, con Antonio Martín como padrino

Noche de maestros en La Merced. Pilares básicos de la comparsa, del Carnaval, y la banda sonora de toda una vida con esos eternos marineros recordando a ‘El Brujo’, nombre que recibió una de las más emblemáticas comparsas de Antonio Martínez Ares, protagonista al presentar ayer su biografía, escrita por José Manuel Caballero y editada por Absalon. ‘El Niño’ jugaba en casa. Antonio Martín, de visitante. De Santa María a La Viña. De Goleta a San Vicente. Calles de la mar de coplas de dos autores que mantienen un idilio desde 2007, después de dos décadas de desencuentro contados en el libro Entre lo divino y lo humano.

Mayte Huguet, periodista y responsable de comunicación de Absalon, condujo el acto. Martín recordó la pugna de ambos con ‘Los trotamúsicos’ y ‘Doremifasoleando’. “Nos peleamos, pero vimos al final la luz. Fuimos durante mucho tiempo las dos columnas que mantuvimos la comparsa”, evocó para presentar al biografiado. Luego, pasodoble a viva voz de ‘Los héroes del 3×4’ que le dedicó cuando Ares fue pregonero. De ahí vino el abrazo entre bastidores, repetido ayer, “tras 20 años de silencio”.

“Su estela de coplas no ha dejado indiferente a nadie”. Lo dijo José Manuel Caballero, el biógrafo de un autor que anticipó su retirada de la fiesta en el inédito pasodoble de ‘Los templarios’, leído por Caballero, donde un abuelo cuenta a su nieto que recorrió Andalucía cantando las “letras valientes” de ‘El Niño’.

Ares guiñó al cielo, a su madre, antes de aclarar que en Carnaval, “los que la afición convierte en divos no dejan de ser personajes normales”. A vueltas con la reconciliación entre él y Martín, y reconociendo que había “rajado” mucho del que considera su maestro, Ares admitió que fue un hecho “necesario para soltar lastre, porque la competición no debe cegarnos y debemos conocer a las personas antes de que sea tarde”.

Y sonaron las cosas de Paco, cerrándose un ciclo carnavalesco como eufemismo para no certificar el adiós definitivo a la fiesta. Martín, discípulo de Alba. Y Ares, de Martín. El triunvirato de las coplas.

Fuente: Diario de Cádiz

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