El polémico letrista gaditano presenta mañana en Diputación su primer poemario, ‘La risa que me escondes’

«Me siento vivo cuando creo, no sé lo que haría si me quedase seco»
«La poesía no da para comer, si acaso para merendar. A mí con que me dé para tabaco, me basta» «En el COAC sólo me queda el derecho a patalear, cada vez lo hago menos porque ha dejado de importarme»

Ha dado el salto. De la sección de Carnaval a la de Cultura (como si uno no formara parte de la otra). Ha experimentado un cambio. Abandonó para siempre las ‘noches de bohemia’ para reencontrarse y poner «claridad» a su polifacética creatividad. De una en otra está Juan Carlos Aragón (Cádiz, 1967), que ahora publica su primer libro de poemas. Salida natural de uno de los autores más controvertidos, y estresados, del Carnaval. Mañana tiene cita con los medios para poner de largo en Diputación ‘La risa que me escondes’.

-Mañana presenta su primer libro de poemas, ‘La risa que me escondes’. La pregunta, como cuando pone nombre a una de sus comparsas, es obligada: ¿por qué este título?

-Mi primer libro de poemas, relativamente, ya que es un género que he cultivado desde que nací. Es una vena que nunca he podido reprimir. Por eso cuando Javier Sánchez, mi editor, me dijo que detrás de mis letras había un poeta y que podíamos agruparlas en un libro, acepté gustoso. Es una forma de entrar en un mercado muy cerrado. Como decía Borges, la poesía no da de comer, si acaso para merendar. Y a mí, con que me dé para tabaco me basta. En cuanto a lo del título del libro no voy a responder. Simplemente, con todos mis respetos, porque no me da la gana. No me gusta descifrar enigmas ni metáforas para que cada uno interprete como quiera.

-Para componer estos poemas se ha inspirado en…

-En lo mismo que me inspiro siempre. Desde lo más mínimo hasta lo más trascendente. Desde el cariño a un objeto inanimado al amor por un hijo o a la mujer que te esconde la risa. También me inspiro en esta civilización, a la que no podemos dejar de criticar.

-En su caso, ¿la poesía es más estética o reivindicación?

-Hay quienes defienden la poesía por el mero placer estético y quienes, por el contrario, apoyan más su sentido reivindicativo. No hay que decantarse por el compromiso o la belleza, la poesía es todo eso. En este libro no es que lo haya procurado, es que me ha salido así.

-Hay pocas artes más románticas y nostálgicas que la poesía. Para escribir obras redondas el mejor estado anímico del autor es…

-Yo escribo estando triste y también cuando estoy feliz. Lo que procuro es escribir con el corazón, es lo que merece el lector. Antes era noctámbulo, ya no. Desde que dejé las noches de bohemia son las mañanas las que me dan la claridad, en los ojos y en la mente. Un psiquiatra me dijo que de la melancolía salen las mejores obras. En mi caso, cuando estoy triste, cuando me encuentro decaído, mi ser reacciona con mayor dosis de humor. Ideo mejor situaciones cómicas desinteresadas y críticas. Es bastante sano reírse de uno mismo.

-Una de definiciones. Ahora que tiene publicado un libro de poemas se considera… autor, escritor, poeta…

-No me considero. Lo mejor que puede hacer uno es creer lo que quiera y lo que pueda. Ni yo ni nadie me tiene que clasificar, simplemente porque creo que empobrece ir en una dirección. Hace poco he empezado a ensayar con mi comparsa, mañana presento un libro de poesía, he hecho otro sobre Carnaval. Ahora mismo tengo una crisis de rol tremenda.

-Con tanto trabajo creativo, ¿ha sentido alguna vez que se le ha secado la… imaginación?

-Mi mayor fortuna es que de momento no he sentido eso. Pero tengo mucho miedo a que me pase. Cuando acabo una obra creo que me he quedado vacío, siento que he echado el resto y que no puedo más. Entonces el siguiente paso es recargar las pilas. Yo lo hago con el contacto con la naturaleza, el deporte y actividades sanas, aunque parezca raro decirlo ahora. La verdad es que ni yo mismo me creo cómo puedo estar así de bien ahora. Si alguna vez me quedara seco no sé lo que haría, porque me entiendo vivo en el sentido de que puedo seguir creando.

-Componer cuartetas para el Falla no será lo mismo que para un poemario.

-Sí, es muy parecido. A mí me gusta mucho el Barroco, la rima consonante. También soy admirador del movimiento modernista, sobre todo de la obra de Rubén Darío. Yo trato de utilizar la rima consonante porque es muy exuberante, aunque el arte del ritmo sin rima también me parece muy elegante y romántico.

-Con ‘La risa que me escondes’, ¿trata de levantar polémica?

-No lo busco. Creo que en otros casos la polémica no ha surgido por lo que yo digo, sino por lo que callan los demás. Con el libro de Carnaval, que yo sepa, no se ha levantado ninguna polémica. Si me llueven los palos en el concurso significará que lo han leído.

-¿Cree que en algunos momentos han ido a buscarle las cosquillas?

-No tengo cosquillas.

-¿Está decepcionado con el concurso de agrupaciones?

-No desde ahora, sino desde hace muchos años, desde que respiré cómo olía esto. Yo sólo tengo el derecho a patalear, pero nada más. De todas formas, cada vez pataleo menos, estoy curado de espanto y me importa menos. Si pienso que algo está mal lo digo, no voy a callarme nunca. Aun así, ¿no vaya a pensar que estoy muy cabreado por el tema, eh? Lo digo sin tapujos y ya está.

Fuente: La Voz de Cádiz