Salvador Fernández Miró es de las pocas personas que hablan de Carnaval sin tapujos, sin miedo. Ni siquiera hay que tirarle de la lengua para que exprese su opinión sobre los aspectos más polémicos. Sabe que su denuncia puede servir para conseguir soluciones y lo hace cada vez que puede, ya sea en una entrevista a un medio de comunicación o en una charla con cualquier amigo o concejal. Conoce bien tanto el Carnaval oficial como el ilegal, y defiende las dos vertientes, pues tal y como él reconoce, no es un «fundamentalista» de la calle. Al primero le ha dedicado muchas horas detrás del micrófono y al otro mucho ingenio. No tiene pelos en la lengua ni con el tono humorístico que le permite el tablero de su romancero ni con la espontaneidad del directo en la televisión. Salvador Fernández Miró habla claro.
-¿Qué piensa el Carnaval ilegal del concurso del Falla?
-El concurso es el concurso y yo lo sigo y me encanta. No soy un fundamentalista de la calle y hay que reconocer que el nivel de las agrupaciones que van al Falla es ahora mucho más alto que hace unos años. Además, las ilegales no pretendemos competir con ellos porque se valoran por distintos criterios. Una chirigota buena del concurso no tiene nada que ver con una buena chirigota ilegal. En la calle te ofrecen una buena loncha de jamón y si quieres te la comes y si no la dejas.
-198 agrupaciones se han inscrito al concurso, ¿hasta dónde vamos a llegar a este ritmo?
-No sé hasta dónde vamos a llegar pero lo que tengo claro es que la difusión que está alcanzando el certamen fuera de Cádiz lo está perjudicando, aunque es inevitable. La mezcla entre el chovinismo de sentirnos orgullosos de que vengan de fuera y el paternalismo de proteger a estos grupos de poca calidad hacen que todas las agrupaciones se vayan del Falla pensando que han triunfado. Y estos aplausos les hacen volver. El concurso es de Cádiz y a los gaditanos nos gusta escuchar cosas nuestras y no copias de lo nuestro. Por ejemplo, ¿Qué pinta aquí Catusa Silva y su murga Araca la Cana?. Y no lo digo por la calidad, porque seguro que hará una comparsa magnífica, pero no para competir en Cádiz.
-Entonces, ¿es partidario de prohibir la participación de grupos foráneos?
-Por normativa no, pero la gente que participa debe darse cuenta de que no debe venir al teatro. En todos los espectáculos del mundo se aplaude si te gusta o se pita si no te gusta. En los toros, en el fútbol, en los conciertos, en el teatro… en todos sitios menos en el Falla. El público de aquí nunca muestra su desagrado y, para mí, un abucheo no es una falta de respeto, siempre que no se insulte, claro. Esto hace que todos se envalentonen a pisar las tablas del Falla. Conozco un concurso de una provincia andaluza que eliminó a una chirigota porque llevaba el estilo de Cádiz y decían que eso era otra cosa.
-¿Se siente el Carnaval ilegal ninguneado por los organizadores de la fiesta?
-Los organizadores nunca han tenido en cuenta a las ilegales, ni las entienden ni las conocen. Los que organizan el Carnaval en la calle no tienen ni idea de las ilegales. Ellos confunden la fiesta en la calle con la de las ilegales, por eso sólo hablan de lo importante de poner más wáteres, colocar más tablaos y dar más premios. Sin embargo, no se preocupan de impedir el aparcamiento en las calles donde actuamos ni de evitar que se instalen barras con altavoces. No cuidan los detalles porque parece que el Carnaval ilegal no tiene que costar dinero. Está claro que las ilegales son la asignatura pendiente del Patronato. Por eso, si algún día soy presidente de la Asociación de Romanceros lucharé para quitar esta modalidad de Fiestas. Creo que su sitio es el COAC.
-¿Por eso no se ha inscrito este año al concurso de romanceros que organiza el Ayuntamiento?
–No nos hemos inscrito porque los señores de Fiestas han cerrado el plazo de inscripción hace unos días. Parece que no saben que en este mes los que nos dedicamos al romancero aún no tenemos ni idea de si vamos a salir ni de qué tipo vamos a llevar. Por eso, ni yo, ni Sergio Torrecilla, ni Calixto nos hemos apuntado.
-¿Abandona la calle de forma definitiva?
-No, qué va. Los tres vamos a sacar un trío para la calle, pero queremos buscar un sitio aislado, donde poder hacer funciones durante la tarde porque la calle ha cambiado mucho, con muchos grupos y mucho ruido. Vamos a llegar, instalaremos el forillo y daremos varios pases. Primero interpretaremos el cuarteto y después antología. La actuación puede durar dos horas.
-¿De dónde saca tiempo Salvador Fernández Miró para después de pasar consulta como dentista, presentar un programa de televisión y ensayar con el trío?
-Porque creo que la mejor forma de hacer bien tu trabajo es diversificando. Por eso, yo estoy siempre en todos lados, y también porque no sé decir que no.
-Supongo que su consulta debe ser entonces uno de los rincones de inspiración…
-Algunas veces es verdad que escribo en la consulta, entre paciente y paciente. En esta profesión es necesaria la simpatía para romper el hielo, aunque algunas veces se confunde la seriedad con el trabajo bien hecho, pero no siempre es así.
-¿Tiene usted maestro en el arte de hacer reír?
-El Gómez es el número uno en este arte, aunque tengo otros como Selu, e incluso otros que se salen del Carnaval, como Muñoz Seca.
La voz de Cádiz