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“Qué diferente es el público del Falla cuando no hay competición. Anoche se entregó a todas y cada una de las coplas que sonaron en las tablas del coliseo, tantos las de allende el charco como las de la trimilenaria. En un festival memorable a beneficio de Aspademis y organizado por la Asociación de Autores, la murga montevideana “Araca la Cana” dio lo que los carnavaleros de aquí siempre ansían: el pelotazo. Mostró sus credenciales folklóricas con temas críticos -muy aplaudido el de Bush- y bailes constantes. Su director, Catusa Silva, se metió al respetable en el bolsillo: “Se rompen 100 años de silencio entre los dos carnavales. Sabíamos que existíamos pero no nos habíamos dado el abrazo que ahora sí podemos darnos”. Juan Carlos Aragón, en representación del carnaval “hermano mayor” del uruguayo, pidió para “Araca” en Cádiz el mismo cariño que en Montevideo entregaron a su comparsa, que el próximo año llevará el nombre de “La Banda del Capitán Veneno”.
Las dos “Arakas” cantaron por separado durante el espectáculo. La uruguaya hizo un guiño a “Raza Mora”, primera agrupación gaditana de la que tuvo constancia Catusa Silva. Luego, juntas, cerraron la noche interpretando un pasodoble dedicado a los inmigrantes y que forma parte del repertorio de la “Araka” gaditana. Los montevideanos lo habían preparado antes de viajar a Cádiz.
Los invitados al hermanamiento de coplas fueron de lo más distinguido. La comparsa “Los hijos de la libertad” desgranó las mejores coplas de la dilatada historia de Antonio Martín. “Seremos martinistas siempre, aunque salgamos con Whitney Houston”, señaló Paquito “Catalán”, el director, que no estará en la comparsa del próximo año junto a otros compañeros del grupo. Actuó además la antología de Los Majaras, en cuyas filas estaba Diego Caraballo, responsable de algunas de las más bellas páginas de la historia de la compara portuense.
El festival quedará para el recuerdo. Maestro y alumno se reencontraron en la cuna de la copla. “
Las dos “Arakas” cantaron por separado durante el espectáculo. La uruguaya hizo un guiño a “Raza Mora”, primera agrupación gaditana de la que tuvo constancia Catusa Silva. Luego, juntas, cerraron la noche interpretando un pasodoble dedicado a los inmigrantes y que forma parte del repertorio de la “Araka” gaditana. Los montevideanos lo habían preparado antes de viajar a Cádiz.
Los invitados al hermanamiento de coplas fueron de lo más distinguido. La comparsa “Los hijos de la libertad” desgranó las mejores coplas de la dilatada historia de Antonio Martín. “Seremos martinistas siempre, aunque salgamos con Whitney Houston”, señaló Paquito “Catalán”, el director, que no estará en la comparsa del próximo año junto a otros compañeros del grupo. Actuó además la antología de Los Majaras, en cuyas filas estaba Diego Caraballo, responsable de algunas de las más bellas páginas de la historia de la compara portuense.
El festival quedará para el recuerdo. Maestro y alumno se reencontraron en la cuna de la copla. “
Diario de Cádiz