Tú eras apenas un chiquillo
y ese día la besaste
con el alma y la voz de la adolescencia,
ella se puso aquel anillo
y enseguida tú pensaste
que llevabas contigo otra pertenencia
como tu ropa
y no tuviste ninguna duda
de que era tuya su existencia
y condenabas al olvido
su familia, sus amigos
pa no ser tu competencia.
Tú eras apenas un chiquillo
pero no te enamoraste,
el amor no se casa con la indecencia.
Y así toda una vida vigilando otra vida
y tú de dónde vienes y a dónde vas
y en el medio los niños
con el cariño patas arriba
y una madre bendita
con tres gotitas de libertad.
Un día aquel anillo se quedaba en tu almohada
y tú te despertabas en soledad.
Ya no le duelen tus gritos
ni el miedo de tu presencia,
ni el aire del más machito,
señor de tu pertenencia.
Lo que le duele en la vida
y no merece clemencia
es que mientras el planeta a ti te mira
a ti no te da vergüenza, a ti no te da vergüenza.
José Luis Bustelo y José Manuel Cardoso
‘Los viajantes’ – 2022