La vida en nuestra tierra no la comprendo
y cómo la gente se va sorprendiendo
en las casas de los pobres pasan las ducas
porque hasta el migote toman sin azúcar.
Si por carambola se puede comer puchero
de lo que se arma hasta acuden los bomberos.
Hace mes y medio que en mi casa puse berza
y mi niño chico me tocó La Marsellesa.
Se come carne con papas si tienen vida
y sacan a aquella olla fotografías
porque es una cosa rara que en estos tiempos
en las casas de los pobres entren alimentos.
A mí lo que me hace gracia es que haya personas
que todo este laberinto lo tome a broma
engañando a toa la gente como si nada
que se creen que en Cai nos mantenemos con telegramas.
Juan Ragel Jiménez
‘Los matatías’ – 1935