Si se cumple la condena
rubita de mis amores
y te dejo tan chiquita
callada y como dormida
no preguntes por papá,
ni lo persigas, ni lo llores
que en su muerte no hallarás
más dolores que en su vida.
Imagínalo con su melena
sus eternos ideales
míralo cantando con su gente
en sus divinos carnavales,
píntalo de negro el diecinueve
del mes de la primavera,
piénsalo de blanco en navidad
y espéralo por la escalera
que vendrá para traer
una canción más para tí,
rubita y mala, rubita y mala.
Cuando un rayito de luna
te dibujaba en la cuna
cinco barquitos de vela,
la mano que te mecía
del corazón se salía
y aparecía la abuela.
Con lo poquito que has sío
y to lo que te he querío
no he redimío el pecao
de vivir para tenerte
y entre mis brazos quererte
haberte visto y besao
y por tu cara rubita
la más guapa y más bonita
me han condenao.
Juan Carlos Aragón
“Los Condenaos” 2001