“Araka la Kana” también cantó en el festival del pasado día 14 de Julio. Este es uno de los pasodobles, en el que el autor, Juan Carlos Aragón, da un paso atrás rechazando la droga:
Aunque sé por experiencia – El revuelo (los viejos copleros nunca mueren)
Aunque sé por experiencia
que no le interesa a nadie
el que vaya o el que venga,
el que cante o el que calle…
…Por si quieren saber
del cómo y del porqué
de mi regreso, de mi regreso
valdría con decir
que vuelvo porque sí
pero no es eso, pero no es eso.
Es un quiero y no puedo,
un puedo y no quiero, que por querer
quiero seguir queriendo
y seguir soñando que sigo aquí…
Quiero seguir creyendo
que me está oyendo esa gran mujer
que en aras de un tango me vino a parir.
Que me escucha mi viejo
que escucho sus consejos
que todo sigue igual…
y aunque muchos se fueron,
siguen conmigo
mis mejores amigos.
Y vuelvo porque siento
que la mitad de mis sentimientos
me está matando
de rabia y celos, de rabia y celos
esa sabia nueva que va
haciéndonos viejos.
Y la otra: el viejo Lucas,
Agüillo y Fletilla en mi alma rebuscan,
Juanito poce,
El Brujo y sus duendes, El Brujo y sus duendes…
Quirós, Cañamaque y Macías Rete…
Tos en una copla, al pasar, me guiñan
cuando camino voy de la Viña
por mi Cruz Verde, por mi Cruz Verde, ay, mi Cruz Verde.
Antonio Martín García
“El Revuelo, los viejos copleros nunca mueren” 2005
_______
Este fragmento pertenece a la actuación del cuarteto “Qué pena de muerte” en el festival del pasado 14 de julio “Me río de Janeiro”, en el que dicho cuarteto interpretó con gracia la siguiente parodia:
Una fabulosa actuación que se vio amenizada por continuos chistes y guiños con el público, además de la interpretación de varios cuplés del año anterior, del presente e incluso del próximo año.
Un domingo cualquiera – Cumpleaños infeliz S. A. (Payasos a domicilio)
Un domingo cualquiera en la cama
yo ajín en pijama
con un resacaso que no era normal
yo fatal mas pa allá que pa acá
y ya ves me llamaron
cumpleaños infeliz dígame
que es lo que quiere usted
patatín patatán
cinco añitos ella cumplirá dentro de un hospital
y el payaso es el regalo.
Y corriendo me pinté en la cara
dos churretes y otra vez al currelo
que en la setecientos diez me esperaba
la clienta que llegó desde el cielo.
Y la vi y no pude distinguir si en aquel cumpleaños el regalo era yo
o si es que a mi me lo hicieron.
Mire usted si es que era bella
que cuando jugué con ella
fue como si a las estrellas nos subiéramos los dos
la dejé que fuera mala golfa, traviesa y malvada
siempre que así se olvidara de todo su alrededor
y mientras que se reía en aquella cama fría
su risa me parecía musiquita celestial.
Total que en la residencia
unas dosis de ternura
le curaron las dolencias
que los médicos no curan.
Me pagaron, me marché y me tomé dos vasos
y apurando hasta el último sorbo brindé por la por la suerte que puedo tener
de haber nacido payaso.
José Antonio Vera Luque
“Cumpleaños Infeliz S.A Payasos a domicilio” 2005
_______
Estos guerreros también asistieron al festival de “Me río de Janeiro”, y cantaron esta letra, de la cual el Pater, recordemos, ya publicó la letra hace un tiempo.
“Los majaras” tienen una trayectoria realmente grande respecto a años saliendo en Carnaval, y como en “Me río de Janeiro” cantaron este precioso pasodoble de “Caballos andaluces”, os lo dejo aquí para que vosotros también os deleitéis con él, acompasados
La otra noche escuché hablar a las butacas con el gallinero sobre cuál era el mejor coplero que había pisado las tablas, esas tablas que se mantenían calladas impacientes por saber a qué conclusión llegarían sus compañeros. La discusión se vio interrumpida por el anfiteatro que de un grito seco y ensordecedor sentenció diciendo sólo dos palabras: “Paco Alba”. En cuanto el anfiteatro dijo esto, las demás partes del teatro quedaron en silencio y a modo de aceptación y compartimiento de la respuesta comenzaron a entonar para sí un pasodoble que empezaba diciendo “No es que la luna tenga luz de plata…” Al término de éste, las columnas se levantaron para aplaudir y el escenario se iluminó, se abrieron las cortinas y se apagó el patio de butacas. Por un momento, todos los que estábamos en el teatro sentimos que Paco Alba estaba allí, recibiendo el aplauso de su teatro, ese que le negaron en 1973 cuando fue abucheado.
Otro día de estos en los que el teatro tiene ganas de charla, comenzaron a discutir sobre la voz más importante que había estado allí, esta vez, la conversación la inició el escenario, seguida por los palcos y las bambalinas que no se decidían y pensaban mientras estaban dejadas caer a los hombros del escenario. El anfiteatro pensaba en voz alta los nombres de candidatos a este puesto, que si el Caracol, que si el McGregor, que si el Catalán, que si Carlos Brihuega, que si Fletilla… “Todos son dignos merecedores de ese premio”-sonó desde la parte más alta, desde el gallinero-“pero la mejor voz que ha estado en este teatro ha sido y será…” El teatro enmudeció y miró hacia el gallinero como si el Caña estuviera animando al público en un descanso. Pendientes, muy pendientes de las palabras que pronunciaba el gallinero. “La mejor voz que ha estado en este teatro es María la Hierbabuena” Inmediatamente el teatro quedó a oscuras, de las plateas abiertas sonaban ecos de un público entregado a una agrupación, de pronto un foco de luz iluminó el gallinero, en concreto una silla de este,, esa silla que había sido ocupada por María la hierbabuena durante tantos años, y se escuchó esa voz inconfundible diciendo: “ole viva mi Cai y lo grito a boca llena y el que no diga ole que se le seque la hierbabuena”. El silencio se rompió con tres oles de los ecos de las plateas a los que les siguió un aplauso a compás de bulerías.
Las charlas entre estas partes del teatro me han servido para darme cuenta de lo que ya sabía, que Paco Alba es el padre del carnaval, no sólo de la comparsa, y de que María la Hierbabuena es la madre, con esa voz como la de una vecina del barrio de la viña que avisa a su hijo de que la comida está ya hecha. A María la hierbabuena le han dicho hasta que es la virgen María madre del Falla en el portal de Belén de Cádiz, pero corroboro esa letra que le dedicara el coro “Los Entendíos del racataplán” que comenzaba diciendo “Ay, abuela, mi pregonera”…
Para mí este vídeo se ha convertido en un clásico igual que el pasodoble que en él se canta. Un pasodoble de “Las viudas de los bisabuelos del 55” interpretado por “Los gladiadores de la caleta”, una chirigota que siempre ha llevado el 3×4 por bandera, en el festival de “Me río de Janeiro”