Hoy vengo con esa lanza
que me clavaste en el alma
hace nueve carnavales
tú comenzabas de cero,
yo daba palos de ciego
mejor dicho, era un cobarde.
Yo no te echo de menos
pero negarte no puedo
que esta casa se nubló
desde el maldito momento
en que dijiste “lo siento,
ya se ha parado mi reloj”.
El desgaste, la familia,
la tensión de no llegar
tus demonios y tus deseos
tú y solo tú lo sabrás
pero no nos abandones
nada en el mundo es perfecto
madre a tos nos ha querido
pero contigo pierde el sentido
y yo lo entiendo
para ella siempre has sido
ay, niño, su ojito izquierdo.
Búscate en el lavaero,
en el cielo gaditano
párate en las estaciones,
piensa en todas las canciones
que tu espíritu ha creado.
Decidas lo que decidas
yo te lo daré por bueno
pero la vida es tan corta
que se escapa entre los dedos.
Esta lanza es para ti,
espero que se grabe
y que te haga sentir
por más que te resistas
copleros has de morir.
Escucha cómo te llaman las tablas
ay, Tino, Tino Tovar,
abraza la guitarra
igual te vuelve a tocar
que madre está muy triste
y no para de llorar
porque su niño le falta
Antonio Martínez Ares
‘Los carnívales’ – 2019