Era un cura de Cai,
de Cai, de Cai
y que su vocación
jamás lo apartó
de ser gaditano.
Era un cura de Cai,
de Cai, de Cai,
que un día escribió
y luego escondío
las notas de un tango.
Rebuscando una tarde
unas partituras de gregoriano
llegó hasta mis manos
y vaya divinidad.
Cuando empezamos a ensayarlo
a gloria estaba sonando
un tango en mi catedral.
Din, don, dan
y las campanitas quisieron volar…
Din, don, dan
pa que este compás inundara mi templo
y al sonar
los ángeles arriba yo vi jalando
sintiendo divinas las notas de un tango,
de mi pueblo,
y entendí que mi tango es sagrado
hasta pa los cielos.
Dios bendiga a ese cura que un día
escribió las notas de este tanguillo
que a este fraile le dio la alegría
pa que adorara al papelillo.
Es culpable de que confunda
letanías con estribillos
pa que me ilusione con este coro como un chiquillo.
Este fraile tomó el sacramento
y pretende seguir siguiendo
con el respeto que debe a Dios
pero el fraile es gaditano
y su tierra lo ha llamado
por la religión del tango.
Lo de Cai es mi sagrada vocación
y si piensan que he pecao
yo me rezo dos Padres Nuestros
por tanguillos porque es lo nuestro
y en los cielos está reglao
Dios me coge, Dios me coge confesao.
Antonio Rivas Cabañas y Julio Pardo Merelo
‘Coro la Catedral’ – 2008