Como si empezara,
como si fuese yo un principiante,
con esa inocencia de mi lejana copla primera
y con la ignorancia del que no sabe lo que se hace
hoy vengo a cantarte, tierra bendita, de otra manera.
Suenan los acordes de mi primer tango
y con tantos nervios no sé qué voy a hacer.
Como el primer beso en su casapuerta
hoy te siento Cádiz como sentí mi novia primera,
qué bonita es siempre la primera vez,
qué bonita es siempre la primera vez.
Ay, la Caleta,
fui a buscar la magia de la Caleta,
me enseñó el compás de los tangos viejos,
oyendo el vaivén que le dan las olas
a los barcos viñeros.
Ay, la Caleta,
y el levante suave me susurraba
con compañía las melodías,
su cantinela.
Y empecé rimando besos que daban sabor a sal
y les di armonía como la espuma decora el mar
y fue así cogiendo cuerpo esta copla para mi tierra,
copla primera.
En aquella noche y en la escollera yo comprendí
que por muchas coplas
que antes yo hubiese cantado aquí
en los carnavales ni eres poeta ni eres coplero
hasta que no suene tu tango primero.
Francisco Javier Sevilla Pecci y Constantino Tovar Verdejo
‘La calle del arte’ – 2008