De la Roma imperial rica y poderosa,
dominadora de medio mundo con sus legionesm
la de persecuciones contra cristianos,
la de las fieras y gladiadores,
esa Roma inmortal
con poder sin igual,
la de los senadores,
la que al mundo domina,
la que no termina nunca de luchar,
esa Roma lejana,
Tacita de Plata te vengo a cantar.
Todo mi vasto imperio
quisiera yo ofrecerte
para ti te digo humildemente
Cai chiquito del alma mía
que hasta en la vieja Roma
tu nombre suena a copla,
a una copla que a mí me enamora
porque despierta mi fantasía.
Es mi galera su alfarga de bella ciudad
yo me vuelvo loco
cuando izo mis velas
camino de tu mar.
Una letrilla suena
cuando mi barco por tu bahía va navegando
mientras que las estrellas a mí me guían
y tu ribera voy alcanzando.
Tu aroma me envenena,
tu sol me quema
pues por tu amor yo me vuelvo loco
cuando izo mis velas,
cuando izo mis velas
caminito del mar,
de ese mar de mi Cai
que ese romano
con su tanguillo va a conquistar.
Salvador Longobardo Tirado y Eduardo Bablé Neira
‘Quo Cadix’ – 1988