Yo he vivido en Cádiz desde que era chica
desde el tiempo aquel de la Constitución,
marinos ilustres, tertulias exquisitas,
ricos comerciantes, patriotas de gala,
beatos de Dios.
Mi pueblo no era el del oratorio
ni el de las imprentas
ni el café de Apolo,
ni el del rey Fernando,
ni damas piadosas tomándose un té.
Mi pueblo nunca confió en los ilustrados,
mi pueblo nunca se creyó esa libertad,
mi pueblo sabe en su sentir trimilenario
muy sabiamente dónde están el bien y el mal,
mi pueblo nunca confió en la aristocracia,
mi pueblo es quien tiene dudas
de lo que llaman la democracia.
Yo no me siento de ese Cádiz resignado
de borregos amaestrados
que tienen miedo a luchar.
Mi pueblo es el que hierve en las ideas
del alcalde Salvochea
y no cree en ese engaño
celebrando el cumpleaños
de una falsa libertad.
Miguel Ángel García y José Antonio Cheza
‘La bicentenaria’ – 2012