Es tanto el tiempo que no te canto
que se me juntan los desencantos
y hay una pena, la que más duele.
Cuando el metal decidió plantarse,
salió la lucha en la calle
lo tengo fresco en mi mente.
Yo vi el coraje que gana al miedo
ni un paso atrás, compañero,
y ahora nos vamos pal puente.
Ay, y yo vi ese dolor
la impotencia sin fin
de aquel hombre mayor
que rodó por el suelo
nunca vi más dignidad
que en aquel abuelo.
Y yo vi a mujeres de raza
que se jugaban la piel por el pan de su casa
y yo vi los bolazos,
las porras y espaldas moradas,
el orgullo de mi tierra
con las manos levantadas.
Pero el mundo es un sitio convulso
y lo que no conviene se le da la vuelta
se sacaron hasta las tanquetas
sin embargo, se nos acusaba
en la tele de ser los violentos.
Es la avaricia empresarial
la que sí es criminal
la violencia es quitarle
al trabajador su derecho.
Si este gobierno es de izquierda
es una izquierda indecente
porque el obrero de Cádiz
no es terrorista ni delincuente
y si tratan de callarnos
hay que gritar más fuerte
no más represión,
no más represión contra mi gente.
Francisco Javier Díaz Quintana
‘El club de los ignorantes’ – 2022