Por más que te encuentres sumidita en tu letargo,
por más que ensanchen tus grietas
y hagas aguas por tos laos.
Por más que exporten tu plata
cual simple hojalata
abollá y oxidá.
Por más que vendan a tus fenicios
desde Puntales hasta el Hospicio
mientras te ahogan en tu propio mar.
Por más que el arte
ya no abunde entre tus calles
y se corrompa el blanco de tus azoteas.
Por más que sigan profanando tus alcaldes
el silón de Salvochea.
Mientras, Tacita,
de tu verita no habrá quien me mueva
Por más que siga aumentando
el purgatorio en Columela
y en la plaza de tus puestos
solo queden las esquelas,
por más que empeñen la sal
y hasta el verde de tus piedras.
Por más que tapien tus balcones
y destruyan tus macetas.
Por más que falte un puchero
perfumando en tu escalera
Cai, de aquí no hay quien me mueva.
Por más que un día
se apague hasta el Astillero de tu bahía
y aquí sólo se factura en los tanatorios
de una Zona Franca cauda y baldía.
Por más engaños, que exploten tus barrios
y por más canallas que exploten tus playas
y tus noches de Falla no puedo, Tacita, escapar de tu lao.
Porque aunque solo seas un cementerio
sigo de tus huesos
enamorao, enamorao.
Jonathan Pérez Ginel
‘El Cementerio’ – 2025