Mi tierra es tan pregonera
que siempre ha sido su sino
llevar como yo colgados
su cornetilla y su pergamino
que sirve pa dar sus gritos
y, a veces, dejar escrito
mensajes de libertad.
Mi tierra es un pergamino con tres mil vueltas
a ver quién puede en el mundo decir igual
solo los tienes que desliar
y entre sus vueltas vas a encontrar
desde la diosa Gades hasta Castelar,
pergamino donde lo mismo
sale una Roma imperial,
que Hércules, Salvochea o Pemán
y, si sigues buscando,
desde una constitución
hasta un pasodoble de carnaval.
Mi tierra es cada mañana
corneta de pregonero,
sirena para anunciar
que hay que levantar nuestros Astilleros
que llega un barco pesquero
o un tren que se va tan lejos
que no se quiere marchar.
Sé de madrugadas
por tabacaleras,
la sirena hablaba
y ahora ya no está.
El faro de la Caleta,
aún sigue siendo corneta
que anuncia que tras la niebla
sigue con vida esta gran ciudad.
Pergamino de recuerdos,
corneta de la esperanza,
para hacer que no sea un sueño
el ver que mi tierra avanza
y aunque, a veces, como a los viejos,
nadie a Cádiz quiere escuchar
aquí sigue pregonando
encima de su escollera
siempre repite un eterno bando
escrito en piedra ostionera.
El viejo sigue gritando
y el mundo nunca se entera
que, en brazos de una bahía,
con sus tristezas y sus alegrías
aquí está Cai pa quien lo quiera, pa quien lo quiera.
Antonio Rivas y Julio Pardo
‘El pregón’ – 1995