Amanecía aquel jueves
con el cielo azul brillante
el sol lucía de lleno
majestuosa y deslumbrante
nuestra custodia salía
el día de Corpus
por la puerta grande.
El doblar de campanas,
el perfume de incienso
y el olor del romero
me sumergieron
como en un sueño
y lo que yo soñaba
lo soñaba despierto
me veía de niño
los días del Corpus
en sus buenos tiempos.
En la tarde anterior
ya nos comía la ilusión
nuestras madres se afanaban,
cosían, planchaban
dos kilos almidón.
Tri ta ta tri ran cataplán
las bandas por las calles
tocan diana
no olvido mientras viva
esa alegre mañana
de gozo y asombro a la vez
no me lo podía creer.
La Catedral abarrotá
fervorosa bullí
hasta el tío de los globos
sus pitos y bastones no faltó aquel día
para evocar y reflejar
tanta felicidad.
Llenaría un repertorio entero
y no crea que le exagero
porque a Cai sus tradiciones
pese a quien pese vendrán de nuevo
y quiera Dios mi Catedral
con sus tres puertas grandes
no se nos cierre nunca jamás.
José Luis Clemente Mariño, José Pastrana de la Calle y Adela del Moral Pino
‘Olé gaditano’ – 1984