503
El pregonero del Carnaval de 2013 realiza la visita protocolaria a la alcaldesa y adelanta que el espectáculo incluirá referencias al vínculo entre la fiesta gaditana y la de Montevideo
«Soy consciente de que vengo de fuera, de ser un extraño, soy un enamorado reciente. Creo que esa condición también tiene sus cosas buenas, tengo una mirada limpia, sin prejuicios, sin mucho conocimiento. Vengo a aprender y a disfrutar». Con esas palabras se presentó ayer Jorge Drexler, no ante la alcaldesa ni ante los concejales o miembros de la organización de la fiesta con los que se reunió de forma protocolaria en el Ayuntamiento. Así se presentó a los ciudadanos, a los aficionados divididos en dos.
Un grupo que celebra su presencia por ser uno de los mayores cantautores en lengua española, por tener unos cuantos discos, y un directo, fascinantes y adictivos para cientos de miles, por haber ganado un Oscar y rebelarse ‘a capella’ contra los que no le dejaron cantar la canción que lo mereció, por tener un cariño semiespontáneo por el Carnaval de Cádiz, que en una persona criada en Montevideo tiene poco mérito, puesto que las dos fiestas tienen un vínculo parecido a la clonación.
El otro grupo, el de gente que rechaza su elección, tan mayoritario o mayor que el anterior, le considera un extraño, un desconocido, un artista para intelectualoides y esnobs, para ‘gafapastas’ y ‘culturetas’. Le critican un mínimo vínculo con la fiesta y lamentan que el honor de pregonarla no corresponda a un artista nacido en la ciudad, a uno de los autores o intérpretes que han dado forma al Carnaval con su participación directa durante años.
Aunque en la lista de pregoneros de los últimos 25 años hay personas con muy escasa relación directa con la fiesta, este año parecen haber agotado su paciencia con los forasteros y los que no han pisado las tablas del Gran Teatro Falla.
En realidad, su nombramiento, casi de forma casual, ha desvelado una fractura que existe hace años: los adoradores de las callejeras (y algunas chirigotas, incluso una comparsa, cercanas a esa filosofía) van por un lado. Los adoradores de la comparsa clásica, del concurso, la memoria y el coro tradicional, por otro. Esos son los dos mundillos que Drexler ha desvelado sin querer y sin pesar, porque carece de importancia, es un juego más en una fiesta de ingenio, diversión y vanidades.
Por esto tuvo que excusarse tras el ritual de presentarse a la alcaldesa y tomar el primer contacto oficial con autores y miembros de la organización del Carnaval que pregonará en febrero de 2013. A la salida, Teófila Martínez se mostraba «encantada por poder contar para el Carnaval de Cádiz con un músico de su categoría cuya presencia servirá, además, para reforzar los lazos con Montevideo». La primera autoridad municipal recordó que la elección tiene connotaciones particulares a los dos lados del Atlántico: «Cádiz disfruta de la Capitalidad Iberoamericana del Carnaval este año y el próximo. Montevideo será la capital iberoamericana de la Cultura en 2013 y Jorge Drexler une a las dos ciudades. Su nombramiento es importante para Montevideo y para Cádiz, es como ponerle el lazo al regalo, como cerrar el círculo y le agradecemos que haya aceptado pese a lo cargado de su agenda de trabajo. Queremos que todo el mundo del Carnaval esté a su disposición, desde las concejalías implicadas a los autores y los aficionados». Jorge Drexler, de pie, a las puertas de la Alcaldía, en zapatillas deportivas y con camisa a cuadros, se mostró tan orgulloso como responsabilizado por el encargo: «Cuando me lo propusieron dije que sí antes de pensar. Al día siguiente me asusté y pensé que hay que organizarlo, hay que hacerlo, no es un concierto en el que preparas canciones, es algo más. Es un desafío pero lo asumo con alegría. Es una oportunidad de aprender de esta ciudad, del Carnaval, y de divertirme. Quiero aprovechar la ocasión de saber más, de su gracia y de su relación con el ritmo».
Aunque nadie le preguntó, el artista platense lanzó la excusa, un mensaje de disculpa y justificación hacia los que critican su designación por ser un personaje ajeno a la fiesta, poco vinculado con Cádiz. A partir de febrero, lo estará un poco más.
La Voz de Cádiz