Vamos a ahora con los coros, el ganador del primer premio fue el de Julio Pardo y Antonio Rivas, ‘La trattoría’, un restaurante italiano mafioso que, valiéndose de un repertorio interpretado con mucha fuerza por parte de un conjunto potentísimo, llevó al coro a lo más alto de nuevo. Destacamos este gran piropo a Cádiz donde comparan nuestra ciudad con una pizza.
Al verla tan redondita
tacita del alma mía
a veces como una pizza
yo la imagino de noche y día.
Como no, siempre hay crujiente
de sus murallas y sus escolleras
qué tentación.
Una masa que fue preparada
por tantos siglos de buena gente
dorada y siempre caliente, caliente
tostándose bajo el sol.
No hay en el mundo una pizza
más marinera, más marinera
que el que la huele, la prueba
y hasta repite mil veces más.
Y al comerla es pizza de primavera
pa estar una vida entera
dejándote enamorar
o tal vez la pizza margarita
por pétalos que le quitas
la vas queriendo cada vez más.
Como Cádiz no he visto en mi vida
ninguna pizza tan caprichosa, tan caprichosa
que aunque llore siempre es graciosa
y cantones tan especial
y en su vieja receta guardaba
cierto gustito de la moruna y de la criolla.
Cuatro estaciones se cuecen
sobre un gran horno de buena tierra
todo el año dando candela
pero despacito
presentada en bandeja de plata
Cádiz es el plato más exquisito
que me tiene loco loquito.
Y cada noche muero de celos
cuando los dioses bajan del cielo
para comérsela, pa comérsela a bocaítos.
Julio Pardo y Antonio Rivas
‘La trattoría’ – 2015