La alcaldesa anuncia que se construirá en la plaza Guerra Jiménez, junto al Mercado Central, y no en La Viña El lunes se aprobará en Pleno la propuesta para modificar el PGOU
La primera modificación que se haga al Plan General de Ordenación Urbana que entró en vigor en 2012 será para trasladar la ubicación de la futura Casa-Museo del Carnaval. El Ayuntamiento confirmó ayer que finalmente será la plaza Guerra Jiménez la que acoja este equipamiento que lleva años en el aire. Esta ubicación ya se había planteado anteriormente, pero no fue hasta ayer cuando la alcaldesa, Teófila Martínez, ratificó el lugar como sede de ese museo carnavalesco.
Después de tomar esta decisión, la Junta de Gobierno Local acordó en la reunión de ayer que “a la mayor celeridad posible” se tramite la modificación del PGOU para cambiar el uso de esta pastilla localizada frente al Mercado Central (lo que fue el antiguo Cine Terraza). De momento, habrá que esperar a que la propuesta que el equipo de Gobierno llevará al Pleno del lunes sea aprobada, primer trámite para lograr ese deseo municipal.
Tras anunciar esto, también comunicó Teófila Martínez que los arquitectos municipales están ya trabajando en el diseño y el proyecto del edificio que tendrá que albergar este museo, que ahora tendrá que adaptarse a las medidas del solar de Guerra Jiménez. Esto significa, al mismo tiempo, que el proyecto que en su día ganó por medio de un concurso el arquitecto Rafael de Giles queda finalmente desechado, por lo que la inversión que se hizo para organizar este concurso y para costear el correspondiente premio además del proyecto básico que ya ha entregado caerán directamente en saco roto. Al mismo tiempo, en el apartado de inversiones hay que contabilizar el derribo del antiguo IES La Viña y el adecentamiento de todo ese solar, que costeó el Ayuntamiento pensando en unas obras de construcción que nunca llegarán.
Frente a esto, el plan que ahora se propone el Ayuntamiento en relación a la plaza de la Reina, emplazamiento original del Museo del Carnaval, es el de un espacio abierto al público, una plaza para disfrute de la ciudad y, especialmente, de un barrio de La Viña que posiblemente adolezca de este tipo de lugares abiertos.
En el proyecto municipal que se está diseñando para la Plaza de la Reina indicaba ayer la alcaldesa que se contemplan unos equipamientos que permitan el disfrute del Carnaval en la calle y otros atractivos añadidos, aunque no entró en más detalles.
Tampoco aclaró o precisó ayer Teófila Martínez si el Ayuntamiento podrá disponer de ese solar del barrio de la Viña para convertirlo en una plaza pública, o si para ello tendrá que entablar conversaciones con la Junta de Andalucía. Precisamente, este ha sido el detonante que ha llevado al equipo de Gobierno municipal a variar el emplazamiento del Museo del Carnaval. Hace unos meses, la Junta se desmarcó del proyecto diciendo que ya había colaborado cediendo esa plaza de la Reina (lo que económicamente valoró en cuatro millones de euros); si finalmente el museo se va a construir en Guerra Jiménez, puede ocurrir que el Ayuntamiento tenga que pagar esa cantidad, u otra que se negocie con la administración andaluza, para hacerse con la titularidad de ese punto de La Viña; o bien que finalmente la Junta ceda este espacio, debido al nuevo uso que anuncia el Ayuntamiento.
En cualquier caso, cuando se defina la operación que se vaya a desarrollar (y cómo) en la Plaza de la Reina, y cuando se confirme el cambio de uso de la Plaza Guerra Jiménez en el PGOU y el posterior diseño de los arquitectos municipales podrán conocerse más detalles en torno a la imagen futura de ambos espacios. Mientras, ese museo que sirva para mostrar el Carnaval de Cádiz va camino de los quince años de retraso y de numerosos inconvenientes, contratiempos y obstáculos. Y a día de hoy, lo único cierto es que lo que existía -que era el solar de la Viña después de derribar el antiguo instituto y el diseño de Rafael de Giles y el proyecto básico, ya que estaba trabajando ahora en el proyecto de ejecución, según las últimas informaciones- ha dejado de tener validez, por lo que el nuevo proyecto tiene que partir otra vez de cero, con el escepticismo que eso conlleva (aunque Martínez insistiera ayer en la “celeridad” que se había exigido en la tramitación de este asunto.